sábado, 23 de diciembre de 2006

Felices Fiestas

No voy a ser muy extenso en este texto, era solo para desearles unas felices fiestas a todos. Hoy nos acompaña este personaje que nos trae regalos todos los años... Espero que esta semana se acuerde de mí.

o lo que festejen...

miércoles, 6 de diciembre de 2006

Reflexiones de Miércoles por la ¿mañana?

Comenzando tarde esta mañana, hoy nos toca reflexionar sobre el desprecio humano por la vida animal. Para acompañarnos, hoy tenemos el agrado de presentarles a Pepe Lui, Pepe Biondi o como quieran llamarlo, como anfitrión de esta espectacular nota.
El lunes a la noche, luego de rendir un final, fuimos a alimentarnos a uno de esos llamados tenedores libres chinos. Si realmente son chinos o no, tal vez sean japoneses (porque había sushi), no lo sé, pero dejaremos este tema para otro debate, ya que excede el contenido de este artículo. Si era sushi o no, tampoco lo sé, simplemente me dijeron eso, aunque tengo mis serias dudas.
Después de una ardua selección de "cosas" que habían en bandejas de distintos tamaños y formas, volví a la mesa donde aprendí a sacarle la cabeza a los calamares. Dejando de lado las similitudes de este acto con el de pagar la cuenta al final del proceso alimenticio, tengo que decir que me hizo reflexionar sobre la naturaleza humana.
Uno al comer una vaca, se come un pedazo de vaca y lo que sobra se lo come otro, entonces la culpa de que se haya muerto un animal (aclaro que no soy vegetariano) es así como menos, o compartida y hasta se le puede echar la culpa al otro diciendo que uno solo comió para que no se pudran los restos. Pero al comer un calamar uno se come un animal entero. Es como comerse un amigo que uno todavía no conoció, ¿quién sabe si ese pequeño animalito podría haber sido un gran compañero de aventuras? No solo eso, sino que uno se queda con hambre (ni en pedo me lleno con eso) y va y se come otro. En el mejor de los casos elige otro animal y en el peor, las dos cosas. Al margen de que el animalito ese ya estaba muerto (incluso cocido) al momento en que uno arribó al lugar, no es justificación alguna para comérselo sin culpa, ya que después lo van a tener que reemplazar por otro, que aunque también ya esté muerto en una heladera, otro que todavía nada (de nadar, no de nada) ocupará su lugar.
Yo creo que estas instituciones del buen comer toman conciencia de semejante masacre y como medida paliativa de estos asesinatos toma la comida que otros comenzales han dejado sin comer (qué cruel es la gente que deja estos pobres bichos en sus platos por el solo hecho de sentirse superiores y decir "jaja, vos te moriste y yo no te como") y los vuelven al ciclo alimenticio, es decir, los vuelven a colocar en sus bandejas de distintos tamaños y formas, algunas veces de otra manera, por ejemplo, pueden convertirlos en empanadas o relleno de esas-cosas-que-uno-nunca-sabe-qué-son que tanta atención nos llaman.
De todas maneras, esta sensación de culpa sucede cuando la comida viene "con cabeza". Una buena solución sería que las cabezas las saquen antes poner en el plato, aunque sospecho que los cocineros no lo hacen para no sentir ellos mismos esa culpa que no sienten los camareros al acercar la cuenta.

Y recuerden "es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley"